viernes, 17 de septiembre de 2010

¡Pánico, cliché a bordo!

Segunda – y cargadita- entrada de mi nueva sección: Clichés literarios.
Más chorradas, burlas y guiños, esta vez dirigidos al cuerpo, al corazón, a los sentidos y a las pelotas de las novelas de hoy en día.


Cliché: frase, expresión, acción o idea que ha sido usada en exceso, hasta el punto en que pierde la fuerza o novedad pretendida.

Literariamente --- trampa mortal en la que los escritores quedan atrapados, uno detrás de otro, y que consiste en caer en lo obvio.


Cliché 1: ¡¡¡¡No siento las piernas!!!!!

Esa frase a lo Stallone resume este cliché, sólo aplicable a novelas en las que exista algo de acción.
Mi primera pregunta es ¿por qué nos gusta machacar a nuestros protagonistas?
En toda novela que se precie, lo protagonistas tienen que recibir heridas fatales que nos produzcan una pena tremenda pero qué –magia potagia- no evitan que en el siguiente asalto/carrera/combate, estén al cien por cien.
Brazos aplastados, brechas por la cara, latigazos, piernas rotas, golpes en la cabeza, intentos de asfixia… En serio, ¿qué hay de esas novelas en las que muelen a palos a los protagonistas, pero luego no pasa nada más?
¿Os habéis dado cuenta de que Bella Swan es la persona a la que más hieren proporcionalmente pero menos está en el hospital (porque claro, Carlisle es una manitas cuando se trata de curar a esta nena tan patosa)?
A lo largo de una novela que no citaré por respeto a la autora, los protagonistas reciben un total de diez flechas que “atravesaron su hombro”.
Y yo digo, ¿alguien sabe que el hombro no es una parte del cuerpo tan tonta como parece? ¿se trata de eso, de encontrar una parte del cuerpo que no sea muy útil?

Y por otro lado tenemos a mi amada Katniss Everdeen. Ésa sí que acaba apaleada, quemada, asfixiada, golpeada, apuñalada, disparada… ¿su salvación? El segundo apartado del cliché:
“Elementos curativos súper chachis que nos deja al sector médico de la Tierra a la altura del betún”.
Se trata de elementos mega-sanadores ultra-modernos (o ultra-ancestrales) que curan a los protas como si su cuerpo se tratase de un muñeco de Matel. Tenemos ungüentos, pócimas, pomadas, jarabes, hechizos sanadores, runas, varitas…
Pero en la literatura nadie usa radiografías, ni TACs, ni ecografía, ni vacunas, ni antibióticos.

¿Dónde quedaron los largos ingresos hospitalarios? ¿Y la baja por enfermedad?
Y lo que es más importante ¿sois conscientes de que los protas siguen siendo guapísimos al final de la novela, cuando deberían estar llenos de cicatrices?

Se quemaron en la hoguera de este cliché: Los hijos del Dragón, Crepúsculo, Graceling.
Se salvaron: Eón (donde no se esconde la deficiencia del héroe), Snitch (donde la protagonista pasa largas estancias en el hospital).



Cliché 2: La Santísima Trinidad
Chico conoce chica, chico se enamora de chica, nuevo chico aparece, ambos chicos compiten en todas las disciplinas posibles para lograr su amor, chica rellena páginas y más páginas sobre sus dudas acerca de la elección correcta, chica escoge.
Lo peor es que casi siempre escoge a aquel que el lector prefería desde el principio de la novela.
Y es que las protagonistas de las novelas, son unas avariciosas. No se conforman con uno, ¡quieren dos! (¡o más!) Y mientras, en el mundo real, las demás tenemos que soportar las citas nefastas y los hombres que nunca vuelven a llamar.
Cliché típico el de los tríos amorosos ¿eh? Bueno, yo lo que me pregunto son dos cosas:

1- ¿Qué es del chico rechazado al final? ¿Logra recomponer su vida? ¿Se casa para después divorciarse y darse al alcohol?
Yo diría que sí recompone su vida, porque los protas rechazados son demasiado inteligentes para desperdiciar su belleza (esa inigualable belleza de héroe, ¿la recordáis?)
Eso sí, la pobre Jane Austen murió sola, porque Thomas Lefroy, su amor, se casó con otra. ¿Idiotez femenina, o es que somos unas románticonas?

2- ¿Por qué no hay triángulos en los que sean dos chicas las que compiten por el “amor” de un adonis?
Si me permitís el atrevimiento, os lo diré: una mujer no iría detrás de un hombre al que también le gusta otra. Si se lo preguntases a tu madre o si llamases a tu mejor amiga para pedirle consejo acerca de la cuestión, ellas te dirían “¡PASA DE ÉL!”.
Eso rompe una lanza a favor de nuestros queridos héroes de novela, incansables soldados del amor. Yo, por lo menos, no dejaría que una modelo se metiese en el saco de dormir de mi novio (ejem, Crepúsculo), no intentaría matar a mi hermana a toda costa por celos del siglo pasado (ejem, Crónicas Vampíricas), no bebería los vientos por un chico que adora a mi asesino (ejem, Idhún) y, por encima de todo, no perseguiría incansablemente a un hombre que claramente le tiras los trastos a otra con la esperanza de –al final de la historia- tener un hueco en su corazón. .

Se quemaron en la hoguera de este cliché: el 90% de las novelas de juvenil romántica de hoy en día.
Se salvaron: Los Pilares de la Tierra (Aliena es la que recorre el mundo entero en busca de su pelirrojo favorito).

Cliché 3: Que alguien llame a los S.S.S.S. (a.k.a. servicios sociales)
Es de conocimiento general que a la gente normal no le pasan cosas guays.
Aquí, si no tienes un progenitor muerto, desaparecido, divorciado, maltratador o perteneciente a una especie que no es la humana, no podrás ser el protagonista de una novela. Y si tienes la fortuna de tener padres, probablemente serán unos capullos.
Porque la fantasía fue creada para esos niños huérfanos, para que aprendan las cosas de la vida por sí mismos, para que se sientan solos y para que su vida sea un poquitín más infeliz.
Que levante la mano quien no lamentó, libro tras libro, el fallecimiento de los padres de Harry Potter…


Lo que sospechaba.
Tener una familia disfuncional es una mierda ¿por qué está tan de moda que los protas no tengan una familia como Dios manda?
Ser miembro de una familia que come junta los domingos, que se va de viaje, que te da buenos consejos… no mola ¬¬ (y para que mentir, “cargarnos” a los padres nos da una gran amplitud de maniobras. No hay que fingir llamadas preocupadas, ni crear escenas de familia, que ya se sabe que son muy sosas).

Se quemaron en la hoguera de este cliché: Hermosas Criaturas, Fuego, Cuentos de Bereth.
Se salvaron: Orgullo y prejuicio, Romeo y Julieta.

Cliché 4: ¿A qué huelen las nubes?
Gracias a Rocío, que tuvo la amabilidad de comentarlo en el otro post, os refresco vuestro sentido del olfato con este cliché.

En la literatura, la gente huele demasiado. Los hombres principalmente, pero el asunto no es proporcional al número de glándulas sudoríparas.
Opciones de olores (todas verídicas):
1- Olor a cosas del medioambiente: azafrán, menta, hierbabuena, limón, miel. Todas las mujeres de novela, huelen a algún tipo de flor. Los hombres, sólo si huelen también a cosas más masculinas, como el almizcle –que por cierto yo uso para el cajón de la ropa interior-.
Yo, el máximo olor que he detectado en una persona, es olor a chicle. O a regaliz.
2- Olor a cosas asquerosas: en las novelas RA, de repente, es muy sexy oler a cigarrillos, a sudor, a alcohol… Podemos deducir incluso la marca de tabaco o el tipo de alcohol.
Lo lamento, si mi novio oliese a esas cosas, le mandaría directo a la ducha.
3- Olor a sentimientos: rabia, ira, pasión (este se parece mucho al sudor), tristeza…
Como médico he de decir que si oléis los sentimientos, deberías ir a ver a un neurólogo.
4- Olor a cosas inoloras: lo más irónico de todo. Olor a sol, a primavera, a rayos de luz a través de los árboles, a la brisa del mar (que debe ser parecido al olor a marisco).

En la vida real, las cosas no huelen tanto. Como mucho, la gente huele a colonia, una casa huele a mascota, un baño huele a ambientador. A mi, personalmente, me agobiaría quedar esta tarde con algún pretendiente y que me dijese: “hueles a pantalla del ordenador, mezclado con trazas sutiles de tallarines a la carbonara y un poco de sobrina de cuatro meses que no hace más que babear”.
A eso yo lo llamo flipar en olores.

Se quemaron en la hoguera de este cliché: La Hermandad de la Daga Negra (que huele a sudor vampírico y esencia de macho con ganas de aparearse), a Irresistible Tentación (porque Barret rezuma feromonas sexuales)
Se salvaron: Casi todas las juveniles, dónde omiten hablar de olores corporales (gracias al cielo).

Y así acaba una nueva entrega, dónde saco a relucir las heridas mágicamente curadas, los triángulos viciosos, las extrañas familias y los olores que se escriben aunque no se huelan.
Espero que os haya gustado y si alguno tenéis una sugerencia clicheriana, seguid el aroma a comentario que hay bajo esta entrada :)

8 comentarios:

Noelia Amarillo dijo...

juas!! buenísimo!! y como siempre, tienes toda la razón del mundo... sobre protas a los que apalean, hieren y machacan, yo creo que la palma se la lleva el de la saga "La espada de la verdad" que durante todo un libro sufre latigazos, palizas, cortes... y cuando acaba el libro, está igual de mono que al principio...

Sof dijo...

jajajajaa buenísimo xD

igual te digo, las familias con padres divorciados no son tan raras, y no creo qe por eso sean disfuncionales... una opinión nomás...

propongo como clichés: "el poder del amor" (?) -o me vas a decir qe no lo puede todo eh? (???)-, la enemiga animadora rubia superficial, popular y maliciosa, la joya mágica que hay qe destruir/recuperar, las risas malvadas ._.

ah! otra cosa... la sinestesia es usada como recurso literario -lo acabo de dar en la divina comedia-, por lo que "olor a brisa de mar" no tiene por qé ser literal -a menos qe sea el nombre de un desodorante de ambiente xD- sino una metáfora... no sé...


un beso preciosa, amo esta sección :D

Lucía Gayo dijo...

hola chicas! me alegro de que os haya gustado ^^

Noelia, no he leido la espada de la verdad, pero ya te digo que es un cliché que logra ponerme muy nerviosa!! jejeje, aunque no seré yo quien critique la belleza de los protas al final!

Sof, que me vas a contar? yo tb soy hija de divorciados y me considero bastante normal XD (tal vez solo levemente disfuncional!). ¿Pero no me negarás que es un recurso facil para quitar a uno de los padres? jejeje
un besote!!

Rocío Muñoz (Darkmoon) dijo...

Vuelvo a reirme mucho con los clichés jajaja lo mejor son tus comentarios irónicos como cuando dices que si tu novio oliese a tabaco lo mandarías a la ducha xDDD

Te aporto otro cliché. En casi ninguna novela los prtotagonistas van al cuarto de baño. Es cierto que todos se duchan y estan pulcros y aseados pero.... ¿hacen alguna vez pis? ¿o lo otro? xD No me gustaría que un autor lo describiera con pelos y señales pero si comen y beben también "expulsan los líquidos/sólidos".

Me acuerdo que leyendo el libro de Harry Potter me pregunté como era posible que en las ochocientas páginas que tien el libro, no hubiesen pisado el baño para nada. ¿tenía Harry retención de líquidos? ¿Aumentó su peso considerablemente? xDDDD

Un beso reina

Mara Oliver dijo...

XD
genial, y eso que me jode que estoy escribiendo y ya he caído en uno del primer post y unos cuantos de los que has puesto en este.
Estoy flipando en olores ;) me he vinculado a tu blog ;)

Matilda dijo...

Me ha encantado. Tengo que reconocer que me he reído a carcajadas con el último apartado. En general estoy de acuerdo con todos, aunque el problema en los tres primeros no es el uso (del cliché) sino el abuso. Los dos primeros tienen su razón de ser. También el tercero tiene una explicación metafórica, pero lo curioso del tercero es que, igual que la moda de ahora son los triángulos amorosos, la de hace diez años era precisamente los huerfanitos. Muchos autores han reaccionado ante este cliché y, si analizas las sagas actuales con más detenimiento, verás que hay mucha variedad. Piensa en Rubí, por ejemplo. (Mira mi repor de arquetipos dedicado a "los padres", que te gustará. Yo fui la primera sorprendida al darme cuenta de la gran variedad que hay ^^)

Respecto al último, estoy totalmente de acuerdo. También tiene su explicación (un día podemos hablar de todas estas explicaciones con más calma xD), pero en este caso casi todos los autores se pasan de la raya. Para mí, lo mejor que se puede decir de un chico es que huele a jabón, como en El diario de la princesa :)

Mi sugerencia de cliché: los besos después de llorar. Cada vez que sale uno, me estropean el momento. ¿Qué pasa, es que esa gente no tiene mocos? ¬¬

Raquel dijo...

¡BUENÍSIMO! De verdad que me muero de la risa contigo xDD
“hueles a pantalla del ordenador, mezclado con trazas sutiles de tallarines a la carbonara y un poco de sobrina de cuatro meses que no hace más que babear”.
Jajajaja (;
Un beso :)

papalbina dijo...

me has recordado a la trilogia juvenil de Kim Harrison, que es mas mala que picio, pero donde la prota dice de su compañero angel que huele como "la parte atrás de las nubes"... ahi queda eso xDDD