El principio

¡Hola a todos!

Voy a comenzar este post con ánimo positivo, pero para ser sincera, he necesitado un buen rato para poder organizar mis ideas y volver a ser yo (luego entenderéis de que hablo).

Y como todo final, tiene un principio, antes de nada tengo que contar el mío…

Hace algo más de un año, en esa época pre-veraniega que es Mayo, me senté delante del ordenador y abrí un documento Word.

Simple, sin magia y ningún otro truco.

Yo siempre he sido una persona llena de imaginación –tenía la cabeza llena de historias, personajes y aventuras- pero nunca había escrito nada. Lo más cerca que había estado de hacer algo parecido a escribir un libro había sido mi diario de los once años (y ya me diréis vosotros que experiencia es esa…).

Y no, nunca me había planteado ser escritora ni nada similar. Empecé Medicina llena de ilusión –y aquí sigo-, con ánimo de ser médico, nada más.

Pero ahí estaba yo, con mi inmaculado documento Word, un montón de ideas en la cabeza y, sin venir a cuento, muchas ganas de plasmarlas en el papel.

Y así transcurrió el verano. Yo, por primera vez en toda mi vida, escribiendo una novela.

En realidad, no tenía nada de especial (una historia de chicas, graciosa y un poco superficial), pero me sirvió para darme cuenta de una cosa muy muy importante:

Me encantaba escribir.

No sólo me divertía, sino que me llenaba como persona. Era como si completara un hueco en mi vida que siempre había estado vacío.

Así que en Septiembre, después de un verano un poco caótico, decidí volver a sentarme frente al ordenador y comenzar la que es actualmente, mi gran obra: una tetralogía de fantasía juvenil.

Terminé el primer volumen en un mes, y para entonces, todos mis familiares y amigos sabían que me había dado por escribir.

Me negué en rotundo a dejarle la historia a nadie, pues me moría de la vergüenza, hasta que al final accedí a que dos buenas amigas de la universidad se la fueran leyendo.

Y, sorprendentemente, les gustó tanto como a mí.

Desde ese momento, mucha gente a mi alrededor me animó para que la enviase a una editorial. Sin embargo, me sentía bastante insegura, así que la registré, guardé, y continué escribiendo.

Dando otro salto en el tiempo, llegamos a Mayo. Ya había terminado la segunda parte de la saga, y parecía que no tenía más excusas para no hacer algo con ella.

Así pues, contacté vía email con algunas editoriales, preguntando si recibían manuscritos no solicitados. Apunté alto, porque me dirigí sobre todo a las editoriales grandes, pero acabé enviando (vía correo ordinario o vía email, según me pidieran ellos) la novela a cuatro editoriales.

Señalar que una de ella me pidió solamente un par de capítulos de muestra.

Pasó el caluroso verano y yo seguía sin noticias en ningún sentido. No tenía ningún tipo de esperanza con respecto a esos envíos, así que seguí escribiendo y, por el camino, envié otra novela diferente a un concurso -del que todavía estoy a la espera de saber el resultado-.

(Otro día haré un post con las novelas que llevó escritas hasta ahora…)

Entonces, un buen día, abro mi correo electrónico y descubro un mensaje de una editorial.

“Hemos leído los capítulos que nos enviaste, y nos gustaría que nos enviaras por correo toda la novela…”

Si, era esa. La pequeña editorial a la que sólo había enviado unas cuantas páginas.

En ese momento, yo me encontraba realizando una corrección integral a la novela en cuestión (pues ya que no había recibido respuesta, lo mejor era repasarla antes de volver a intentarlo).

La corrección se paralizó y me hice con una nueva versión impresa para mandarla.

Un mes después –véase, esta misma mañana- he recibido la respuesta.

Y si, ha sido negativa.

Me han enviado un email amable, agradeciéndome el envío, pero rechazándola porque en su catálogo hay cosas similares.

¿Verdad? ¿Email de rechazo estándar? No lo sé. Lo único que yo puedo decir es lo que os acabo de contar, y me quedo con que al menos fue la única editorial que contestó, y que como mínimo le echó un vistazo.

¿Ahora que hago? Ha sido la pregunta que me he hecho cuando la habitación ha empezado a darme vueltas.

Pues bueno, a seguir intentándolo.

Seguiré escribiendo ilusionada, seguiré leyendo lo que me decís en el foro JR sobre mis historias y seguiré leyendo y estudiando.

Porque sí, yo quiero publicar. Y esto es sólo el principio…

Pero lo importante del asunto, al fin y al cabo, es escribir. Escribir, soñar, volar, divertirse, emocionarse, reír, llorar, y seguir al pie del cañón con todas esas historias que aletean por mi cabeza.

Un beso a todos,

Muchas gracias por estar ahí, apoyándome y dándome vuestro cariño.

Lucía