Son tantos los tópicos que han
pasado por mis manos en los últimos tiempos, que ganas me dan de reescribir las
entregas anteriores de esta sección.
Pero como lo mío no es plagiarme a mí misma, optaré por
renovar el abanico de clichés, tarea harto díficil porque una vez superamos los típicos de siempre -descritos en mis tres entradas anteriores sobre clichés-, hay que rebuscar un poco más en el baúl de los recursos de escritores.
Cliché: frase, expresión, acción o idea que ha sido usada en exceso, hasta el punto en que pierde la fuerza o novedad pretendida.Literariamente --- trampa mortal en la que los escritores quedan atrapados, uno detrás de otro, y que consiste en caer en lo obvio.
Cliché 1: usos y re-usos descriptivos
A veces los
escritores queremos describir algo de una forma poética que nos aleje de los
típicos adjetivos simples y por error incurrimos en usar toooodos la misma
descripción. A continuación os pongo dos ejemplos que seguro habéis leído (¡o
incluso escrito!) en más de una ocasión.
a) Hilera de dientes blancos y brillantes.
Y no, no es
un vampiro. Probablemente sea un chico guapo que regala una sonrisa a la
protagonista; o ese personaje inquietante del que no sabemos qué esperar. Lo
que está claro es que todos tienen un seguro dental de los caros, que han
sufrido los brakets durante años (obviamente, ANTES de ser héroes de novela) y
que han pasado por un par de blanqueamientos.
En la vida
real, la última vez que vi una hilera de éstas se trataba de Sierra Nevada.
La versión bruta de esto tan bonito sonaría algo así como "tenía una alineación dentaria impecable y una magnífica calidad de esmalte". Por eso voto por que si os da por escribir algo así, me regaleis un sencillo "tenía una sonrisa preciosa". Os lo agradeceré eternamente.
b) Llevaba el pelo desenfadado.
En los 80, un
pelo desenfadado eran rizos y laca a modo de órbita alrededor de la cabeza. En
los 90 el pelo desenfadado era un punkie con una cresta azul.
En los 2000
el pelo desenfadado es de protagonista guay.
Mi madre te
diría que un pelo desenfadado es uno que no ha visto un cepillo en su vida.
Porque desenfadado lo tengo yo a las siete de la mañana después de una noche de
pesadillas.
Cliché 2: Con la cabeza llena de grillos
Yo creo en
Pepillo Grillo, porque ya sabéis todos que este insecto no es otra cosa que
nuestra conciencia, nuestra voz interior. El problema en la literatura es que a
Pepito, lo odian.
Especialmente
las protagonistas femeninas.
¿Somos unas
incautas? ¿Ser huérfanas o nuevas en el insti nos hace ser más impulsivas? Lo
único que sé es que decenas de heroínas ignoran a su conciencia sin remilgos.
Y si yo como
lectora no me entero, pues vale, pero... qué hay de esas veces que leemos cosas
tipo:
- Corre, Margaret, corre –le
dijo una vocecilla en su cabeza.
Ella no pudo.
[Esta frase está sacada literal de una novela cuyo título voy a omitir]
Y me pregunto yo: ¿para qué le pones voces en la cabeza a tu protagonista si ni siquiara las va a escuchar?
Consejo gratuito: si
vas a hacer que tu protagonista se ignore a sí misma, mejor que el narrador ni
nombre a esta famosa vocecilla… y si queréis ser un pelín más originales, haced
que Pepito Grillo salga del paro y dadle un curro productivo en vuestras
novelas, con protagonistas que se hagan caso.
Cliché 3: Pura y casta
Para que
veáis que me lo tomo en serio, porque este SÍ es un cliché apurado hasta la
saciedad, solo plantearé las preguntas.
¿Por qué ella
es siempre virgen? ¿Por qué la mayoría de las veces él no lo es?
Este TT (que
ya sabéis que no es de Trending Topic, si no de Típico Tópico) me molesta
particularmente porque sigue un poco la línea moral medieval… esa en la que un
tío es un portento si está rodeado de amantes, y ella es una pobretona meretriz
por haberse dado una alegría con un muchachón.
Me molesta, y
me consta que le molesta a mucha más gente, porque parece que en muchos casos
nuestra protagonistas “no conoció varón” hasta que no vino el chico nuevo ese
al instituto.
Cliché 4: Heroínas ignoradas
Esto no es
exactamente un cliché, porque no es un recurso muy explotado. Sin embargo, se
merece un hueco en la lista para hacer un llamamiento a los escritores que
odian a sus heroínas.
En el primer día, Dios creó a las protagonistas inútiles.Al segundo día, Dios les dio un prota guapo para que las cuidase.Al tercer día, su Señoría creó a las protagonistas cojonudas.Al cuarto día, Dios decidió putear a las heroínas competentes.
Esto se
conoce también con el nombre de “el Síndrome de Rose Hathaway” (VA).
Es de
conocimiento general que no todas las heroínas son malas. Hay muchas que saben
luchar, que son inteligentes, que no se dejan tomar el pelo. El problema de
éstas, es que se pasan de listas, y como al escritor no le gusta una prota que
brille demasiado, porque quiere que sufra, decide que todo el elenco de
personajes secundarios no la haga ni caso.
El mejor
ejemplo es Vampire Academy, dónde nuestra prota no hace otra cosa más que
demostrar lo profesional que es y salvar la situación cuando los vampiros pijos
la pifian… Lo único que consigue: que la castiguen, la repudien, la echen, la
metan en prisión y un largo etcétera.
Excepciones,
también las hay, como esa morenita, Duna, de Cuentos de Bereth, y su
principito, Adharel, que bien sabe que más le vale obedecer si quiere salir del
apuro. O Katniss, que como vea que la ignoras, es capaz de clavarte una flecha en el... pelo desenfadado.
Cliché 5: Always and Forever
Voy a citar a
una muy querida amiga en una de sus definiciones de cómo es el
amor en la literatura juvenil:
Nada más verse surge el chispazo. Una semana después lo único que sabe de la otra persona es cómo es físicamente, un par de aspectos sobre su personalidad y que quiere pasar el resto de su vida junto a ella.
BAZINGA!!!
Y digo yo
–que soy ferviente creyente de los finales Disney y del amor verdadero- ¿pasa
algo malo si le metemos un poquito de realidad al romance juvenil?
Si habéis
estado enamorados –qué bonito en estas fechas veraniegas, por cierto- sabéis que no hace
falta hablar de promesas de futuro, de reivindicaciones sobre el número de años
que vais a pasar juntos, ni haceros tatuajes a juego, ni pediros la mano, ni
romper un amuleto para juntarlo cuando os reunáis…
Love is in
the air, ya lo sabemos, por eso leemos tomance juvenil. Pero con poner un candado a lo
Moccia es suficiente. NO me creo las cosas que OBLIGAIS a decir a vuestros
protagonistas sobre el AMOR.
Si queréis
que un romance sea auténtico, que llegue al lector, metedle un poco de
realismo, os lo pedimos por favor.
Y con este romance sin parangón de heroínas vírgenes pero sin conciencia y muchachos de pelo desenfado y dientes radiactivamente blancos, me despido.Diría que ojalá no os vuelva a ver -a vosotros, clichés- pero ambos sabemos que más de uno todavía me esperáis en mi mesilla de noche…
5 comentarios:
Solo puedo decir... AMÉN.
jajajajaj acabo de reírme muchísimo con éste post. La verdad es que me encanta y tienes una razón como un templo.
Gracias por hacer temas así, realmente se agradecen ^^
Un beso*
En el punto uno se te han olvidado las pestañas largas que enmarcar los maravillosos ojos de nuestro don juan.
Y al punto cinco en internet o mas bien en goodreads se le llama "instalove" y todas las lectoras a las que yo sigo lo repudian por igual xDDD
yo hice una vez un post similar sobre las novelas de LIJ realista de instituto... http://lapecera.ch/2010/09/el-monomito-de-la-literatura-de-adolescentes/
Me alegro de que os haya gustado! Si tenéis algún cliché para compartir, yo encantada xD
Voy a ver tu entrada Papal, aunque te diré que está ya es al cuarta que hago al respecto. Si es que si una se pone, salen por todos laos xDD
Buaa cuanta razón y ODIO el 3º >.<
Quiero más heroinas!! Aunque sean como Katniss y casi ni sepa lo que el amor xD prefiero eso a las estúpidas Bellas.
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